LA GENERACIÓN DEL 27
Cualquier persona de España conoce a los grandes y
queridos artistas de la Generación de 27: Federico
García Lorca, Rafael Alberti, Miguel Hernández, etc.
Estos escritores junto con otros artistas como el
pintor Salvador Dalí o el cineasta Luís Buñuel,
formaban el grupo de vanguardia de los
movimientos artísticos en nuestro país en la década
de los 30.
Cualquiera de vosotras puede ponerle cara a Lorca,
reconocer un cuadro de Dalí o reconocer otros
nombres de esta generación. Cualquier estudiante de Letras (como yo) o de Arte
ha estudiado en profundidad su obra, ha podido leer
sus biografías y ha podido ver algún documental
sobre su vida y obra. Afortunadamente, a pesar de
que la mayoría tuvo que exiliarse los 40 años que
duró la dictadura, toda su obra fue recuperada al
llegar la democracia. Se hicieron grandes homenajes
y se recopiló la obra de todos ellos.
Así pues, ¡qué importante es que todo el
legado de estos grandes artistas no se haya
perdido u olvidado!
Pero hay algo en toda esta historia que me
pareció muy extraño al principio y que ahora
me indigna. Como se puede ver en esta foto,
también había mujeres en las reuniones del
Madrid de la época. También ellas estaban en
los cafés, también pintaban, escribían, se
emborrachaban o formaban parte de los
cambios políticos del momento.
Entonces, las preguntas son ¿por qué no han
estado nunca en los libros de texto de las
escuelas o universidades?, ¿por qué después
del exilio no se les hicieron homenajes como
a ellos?, ¿por qué ellos, sus amigos y, a veces
parejas, nunca las reivindicaron como se
merecían?
¿Dónde están las mujeres de la Generación del 27?
El cortocircuito
Existe un concepto en psicología llamado
«cortocircuito mental» que se define como un
acto en el que el individuo realiza acciones
de manera pasiva, sin reflexión, sin tener en
cuenta los posibles efectos. Podemos pensar
que quiénes se encargaron de recuperar la
historia de esta generación sufrieron una
especie de cortocircuito que le llevó a ignorar
a las artistas del grupo y hablar solo de ellos.
Es una versión más benévola que la de
pensar que simplemente por ser mujeres se
las relegó al olvido. En este punto siempre hay alguien que está
pensando: quizás ellas no eran buenas
artistas, posiblemente sus obras eran
mediocres, tal vez solo eran las novias de
ellos, etc.
Recuperando a las mujeres artistas
Afortunadamente, gracias a la labor de otras
mujeres, actualmente es posible hacer una
justa relectura de la historia cultural de esta
época. Aunque queda mucho trabajo por
hacer, se está reivindicando cada vez a las
artistas de la Generación del 27 y hoy
podemos afirmar que sin ellas la historia no
está completa.
En 1926 se crea en Madrid el Liceum Club
Femenino, siguiendo el ejemplo del Liceum
Club de Londres. Una organización laica y
cultural, la primera asociación feminista del
país. Organizaron secciones de música, artes
plásticas, literatura , ciencias, etc. Este ‘refugio’
donde se luchó por los derechos civiles de las
mujeres fue fundamental para el desarrollo
intelectual, social y personal de las mujeres de
su época. Allí germinó el debate sobre el
sufragio femenino.
Las fundadoras y socias destacadas del Liceum
son: María de Maeztu, Isabel Oyarzábal, Victoria
Kent, Zenobia Camprubí, Clara Campoamor,
Matilde Huici, Ma Teresa León, María de la O
Lejárraga, Ernestina de Champourcín, Concha
Méndez, Maruja Mallo, Elena Fortún, Hildegart
Rodríguez o Victorina Durán.
LAS SINSOMBRERO
Todaa ellas formaron parte del a Generación del 27 y son
la mejor generación de mujeres de la historia cultural y
artística de España. Como los miembros masculinos de esta
generación vivieron y desarrollaron la primera parte de su
obra en Madrid, en la Revista de Occidente, en la
Residencia de estudiantes o en el Lyceum Club Femenino.
Modernas, vanguardistas, surrealistas y comprometidas,
igual que ellos, tuvieron que enfrentarse al exilio, del que
algunas no volvieron.
¿Te interesa saber más? Continuará…
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